martes, 17 de junio de 2008

La temperatura del invernadero

La temperatura del invernadero


Incluso en los que disponen de calefacción la temperatura debe variar entre el día y la noche. En uno de tipo general con muchas plantas diferentes lo ideal son 19 °C de día y 7 °C de noche. Si en el exterior la tempe­ratura no desciende por debajo de —5 °C es posible mantenerla sin calefacción artificial, en especial si el invernadero es del tipo adosado o si al estar aislado tiene la pared orientada al norte pintada de color negro. Una importante ayuda es que el aire se mantenga en movimiento, por ejemplo, mediante un ventilador eléctrico. Cuando aumenta la temperatura el aire caliente tiende a ir al techo y se pierde pero si está en movimiento es empujado de nuevo hacia abajo y la temperatura se mantiene uniforme. Merece la pena experimentar con un molino de viento pequeño que accione direc­tamente un ventilador situado en el invernadero.


Un buen sistema para mantener el calor es instalar paneles dobles, cosa que puede hacerse de manera temporal en invierno sujetando hojas de plástico por el inte­rior del invernadero. También se puede mantener una buena temperatura impidiendo que el aire lo azote directamente. Una cortina de árboles de hoja perenne plantados por el lado del que sople el viento dominante puede constituir una protección muy eficaz para un invernadero aislado.


Si hace falta algo de calefacción en invierno, lo ideal es un calentador eléctrico con termostato, pero resulta caro su mantenimiento. La otra opción es un calentador especial de petróleo. Expulsa menos humos que los normales, y los humos son malos para las plantas. Su desventaja consiste en que hay que comprobar constantemente la temperatura en el invernadero y encenderlo o apagarlo para evitar que haga excesivo calor.


Mantener el frescor en verano puede ser tan difícil como hacerlo con el calor en invierno. Pintar de blanco las hojas de vidrio es un medio muy útil. Las lluvias de otoño eliminan ese enjalbegado de modo natural y no es necesario hacer nada más (no debe encalarse el plástico pues para limpiarlo hay que usar medios artificiales que rayan su superficie).


Pueden usarse persianas de bambú, caña o plástico tanto por dentro como por fuera del invernadero, pero resultan caras y no duran mucho tiempo. Una idea práctica, sobre todo en climas soleados, es plantar una hilera de árboles caducifolios entre el sol y el invernadero. Las hojas dan sombra en verano y desaparecen en invierno, que es cuando hace falta el sol.

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